Cómo empezar a escribir un libro

La escritura, ya sea creativa (literaria) o académica, tiene como común denominador el uso de las reglas gramaticales que, de manera coherente y con sentido, unen un conjunto de ideas, ficticias o reales.

En un sentido práctico, la creación de textos de diversa índole tiene como reto la adecuada elección de dichos elementos gramaticales, a fin de que los eventos narrados hagan sentido, aunque se trate de sucesos ficcionales.

Iniciarse en la escritura no es tan complejo como parece, existen diversas estrategias que te permitirán desarrollar la habilidad y, como consecuencia, en un futuro a mediano plazo escribir tu primer libro. Lo recomendable es empezar con textos personales, como los que enlisto a continuación:

  1. Diario: En un cuaderno o un blog digital reseña tu día a día, no importa si piensas que lo que sucedió fue irrelevante, cualquier anotación se puede convertir en fuente de un relato. Es importante que escribas la fecha de cada texto e incluyas no solo eventos significativos, sino nombres, espacios, emociones e incluso reflexiones sobre tus haceres cotidianos.
  2. Autobiografía: Este tipo de texto es fundamental para iniciarse en la caracterización de personajes, y qué mejor que empezar contigo. Utilizar el recurso de la descripción como base y no olvides considerar rasgos físicos, emocionales y psicológicos, además de alguna que otra anécdota que permita comprender quién eres, de dónde vienes, hacia dónde te diriges y qué has hecho hasta esta etapa de tu vida.
  3. Carta personal: Este ejercicio, a diferencia de los anteriores, es más breve y requiere un remitente específico, no importa si es real o ficticio; la premisa es escribir en por lo menos una página situaciones anecdóticas y la descripción de eventos con el mayor detalle, sin olvidar un saludo de entrada y una despedida adecuada para el remitente seleccionado.

Cualquiera de los textos anteriores dan libertad creativa, en el sentido de escribir aquello que se desee, con base en las preferencias del o la escritora, sin importar el tipo de evento que se narre.

No hay que olvidar que entre más elementos consideres narrar: eventos, personas, lugares, tiempos, emociones, ambiente, más redondo será el texto; es decir, más sentido (cohesión) le hará a la comunidad lectora. 

¿Es relevante prestar atención a los elementos gramaticales y ortográficos? Siempre que escribas algo, no olvides leerlo una vez finalizado, quizás encuentres palabras repetidas que puedas omitir o sustituir por otras, no necesariamente por sinónimos; cacofonías o frases con poco sentido o sin relevancia para lo que estás contando.

La lectura en voz alta de tu propio texto, no importa cuál sea, es fundamental para encontrar oportunidades de mejora sintáctica, semántica u ortográfica. Trata de mantener la esencia del texto, pero si es necesario realizar alguna modificación después de la primera lectura, hazla, y corrobora que hayas enunciado los elementos que querías relatar del modo en que los pensaste antes de escribirlos. Es válido realizar cambios, pero recuerda que el éxito de tu texto depende no solo de una buena ortografía, sino de una idea bien planteada.

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